V Maratón de Micorrelatos. Crónica y fotos.
¡Gracias Miriam! No es fácil presentar el maratón de microrrelatos, ni encontrar quien lo haga con ilusión y tranquilidad, dando confianza a los participantes y generando buen ambiente, algo que intentamos cuidar mucho en nuestro querido maratón. Para sufrir ya están los momentos de escritura a toda velocidad a los que se enfrentan los concursantes con los nervios a flor la piel.
Sabíamos que lo haría genial; supo transmitir dulzura mientras daba las estrictas pautas de las distintas fases del concurso. Miriam explica, dice las palabras clave y empieza a funcionar el cronómetro.
Los bolis en marcha a toda velocidad intentando
encajar las ideas en mini relatos. Los observadores y amigos de los rápidos escritores se preguntan… ¿Sería yo capaz de hacer un relato incluyendo las palabras esfera y cosquillas? ¿Cómo relacionar caracola y taquilla? La respuesta es muy sencilla, solo tienes que apuntarte y probar el próximo año.
Los bolis en marcha a toda velocidad intentando
encajar las ideas en mini relatos. Los observadores y amigos de los rápidos escritores se preguntan… ¿Sería yo capaz de hacer un relato incluyendo las palabras esfera y cosquillas? ¿Cómo relacionar caracola y taquilla? La respuesta es muy sencilla, solo tienes que apuntarte y probar el próximo año.
No sabemos bien por qué, pero este año hubo algo menos de participación; aún así resultó una mañana muy completa y alegre, especialmente el rato de nuestro clásico desayuno ofrecido por la Asociación La Maliciosa.
No hubo incidencias y el tiempo fue muy generoso con nosotros, y el maratón pudo salir a la calle. Fue muy gratificante escuchar a Belén, nuestra joven cantante, en las escaleras de la puerta de la sala de exposiciones atrayendo a paseantes y animando incluso las terrazas de los bares cercanos; su voz y su naturalidad nos conquistaron y, además, supo descargar la tensión del paso a la última fase del concurso.
Ya sólo quedaban cinco participantes, que en tan sólo cincuenta palabras tenían que lidiar con cuchara y alma. A esta fase llegaron algunos ya conocidos de otros años, y como novedad, una chica de Navacerrada, María, que siempre se quedaba a las puertas en convocatorias anteriores.
El jurado, totalmente renovado lo tuvo bastante difícil; Susana, César y Celia pasaron la mañana en la biblioteca, concentrados en la lectura intensa de los relatos.
Por fin llegó la emocionante entrega de premios; Victor repetía como ganador, lo cual le disgustó bastante, obviamente no por el premio, sino porque -según las bases- ya no podrá volver como concursante. ¡Sorpresa! María ganó el segundo premio, y Esther, que siempre está en el podio de los microrrelatos, el tercero. También conocidos, José Manuel ganó el primer accésit y Laura el segundo, que se llevaron un estupendo lote de libros de la Editorial HG Editores. Dieron el premio al ganador Ana Paula y Eva en representación del Ayuntamiento, y Natalia y Paloma como socias de la Maliciosa, entregaron el segundo y tercero.
¡Ah! Como novedad estrenamos un nuevo accésit especial del jurado a uno de los mejores relatos de la primera o segunda fase, lo cual nos permitía rescatar el mejor de los escritos de fases anteriores, que siempre caían en el olvido, y así la motivación duraba hasta el final. La ganadora fue Pilar, que se llevó un alegrón al recibir el bono de hotel y spa en el Hotel Arcipreste de Hita, uno de nuestros colaboradores este año.
A continuación os transcribimos los cinco relatos escritos en la fase final, con un máximo de 50 palabras y dos palabras a incluir en el relato: cuchara y alma.
El año que viene os esperamos.
Primer premio. A sorbos. Víctor Pérez Pintado.
La sopa se toma a sorbos. Metes la cuchara, te la llevas a los labios, soplas un poco y sorbes. El caldo calienta el corazón, los fideos llenan las tripas y tu ingrediente alimenta mi alma. Cada sorbo es un soplido al interior. Cada sonrisa tuya completa el plato.
Segundo premio. ¿Despertar? María Quirós Rubio.
Me vestí, me pinté los labios, me monté en los tacones y me fui a cenar. Cena elegante con la mesa decorada. Desconozco la función de esa cuchara y aquel cuchillo. Cena copiosa. A la cama saciada. Si el alma pesa 21 gramos, al día siguiente me morí más ligera.
Tercer premio. La más triste. Esther Rodríguez Caballero.
Estoy sola en mitad de un silencio. No escucho el tintineo cotidiano de mis compañeros de vida. ¿Dónde están las almas que daban sentido a nuestros días? Voy llenando mi concavidad con lágrimas de plata. Soy esa cuchara que siempre se queda en casa, como testigo, tras desaparecer el amor.
Primer accésit. Gastrogramática (el ladrón de palabras). José Manuel Dorrego Sanz.
Hay gente que se come sus palabras. Dicen “alma”, y se la comen. Dicen “cuchara” y se la comen. Yo, desde que tengo uso de razón, también me como las palabras, ajenas.
Segundo accésit. Respira. Laura Fernández Aparicio.
“Respira”, le dijo Yoko a Lennon. Sí, así se conocieron. “Es más sencillo de lo que creemos”, continuó: “Degusta”, el aroma destila del café desde que lo mueves con la cuchara. “bebe”, sonrió, “en el poso leerás mi alma”.
Ya se va convirtiendo en una agradable rutina pasarse por allí cada año. Seguiremos "arrutinándonos". Saludos¡¡¡